Negociación Secreta

Negociación Secreta en Argentina en Argentina

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Ejemplo de Denuncia penal sobre Negociación Secreta

De acuerdo con la Denuncia de Alberto Nisman de 13 de enero del 2015, en relación a los Indicios de la Negociación Secreta del caso AMIA.

A partir de enero de 2011 y hasta fines de septiembre de 2012 los funcionarios argentinos e iraníes negociaron en secreto un acuerdo para destruir las imputaciones de la causa AMIA y brindar impunidad a los prófugos iraníes.
No obstante el empeñoso intento para mantener ocultas estas maniobras delictivas, surgió a la luz información y tuvieron lugar episodios que evidenciaron la gestación y el crecimiento del plan criminal, durante ese año y medio de encuentros secretos.

Se trata de situaciones de conocimiento público que, examinadas de forma aislada no revelan su verdadero significado, pero que analizadas en conjunto, concatenadamente y a la luz del plan de encubrimiento aquí denunciado cobran su real dimensión, en cuanto demuestran el progreso en el camino del delito así como la cimentación del terreno para hacer público el acercamiento bilateral en el momento más propicio.

Cabe aclarar que, si bien no se trata de acciones delictivas per se, estas circunstancias deben ser leídas como manifestaciones que hoy evidencian con claridad el plan delictivo que subrepticiamente se estaba llevando a cabo. Y esa es la única relevancia jurídico-penal de las circunstancias que se mencionarán a continuación.
El primer indicio se reveló en la reacción a la noticia publicada por José “Pepe” Eliaschev en el diario Perfil. Cuando, en marzo de 2011, el periodista informó sobre la reunión en Alepo y sobre la decisión de abandonar las acciones judiciales para retomar intercambios comerciales, se generó un importante revuelo en la opinión pública e incluso dentro del gobierno de la Dra. Cristina Fernández. La respuesta no se hizo esperar y estuvo directamente dirigida a desacreditar al portador de la información como una maniobra aviesa de deslegitimación de la versión publicada.

En lugar de dar explicaciones que esclarecieran las graves implicancias del trascendido informativo, el Canciller Timerman en persona salió a cuestionar al Sr. Eliaschev, sosteniendo simplemente que los datos publicados eran falsos y tenían por objeto dañar su casi contemporánea visita a Israel. Expresó: “…esa fue una información falsa, fue una operación que se hizo en contra de mis relaciones, o sea de mi viaje a Israel…Fue el oportunismo de un pseudo-periodista que no vaciló en decir cualquier cosa con tal de ofenderme…»’’ (“Brutal cruce entre Héctor Timerman y Pepe Eliaschev por el pacto con Irán”, Mañana Sylvestre, Radio La Red y Diario Perfil, 20/4/11; el resaltado es propio). A todas luces, se trató de una torpe falacia “ad hominem”, ya que nada dijo acerca de la reunión.

Sin embargo, fue la propia contraparte iraní la que terminó por desmentir categóricamente al canciller Timerman. El Ministro Salehi, que había intervenido personalmente en el proceso de negociación, reconoció públicamente, en febrero de 2013, que las negociaciones habían durado dos años. Concretamente expresó: “…nos hemos reunido durante dos años con el canciller Argentino Héctor Timerman»’ (“Irán ratificó su adhesión plena al memorándum con Argentina”, Página 12, 12/2/13; “FM: Irán, Argentina adhere to agreement on AMIA case”, Irán Daily Brief, 14/2/13; “El Canciller de Irán dice que negoció durante dos años el acuerdo con Argentina”, Clarín, 12/02/2013; “Salehi: Irán Argentina adhere to agreement on AMIA case”, IRNA, 12/02/2013).

Tal confesión obligó al mendaz canciller argentino a tamizar su primera versión aseverando: “hace dos años que hay un interés de Irán” por tratar el caso. Agregó que no se acordó antes porque “como nunca querían involucrar a la justicia argentina, no había posibilidad de diálogo’’’’ y, finalmente tuvo que reconocer llanamente que “hubo conversaciones, hubo mensajes”. (Piqué, Martín. “Si se lleva adelante el memorándum, se activa la causa y comienza el juicio”, Tiempo Argentino, 17/2/2013).

Es decir, no solamente se negó el verdadero motivo de aquel encuentro y se ocultó la negociación que allí principió, sino que cuando estos hechos cobraron estado público a través de la prensa, se decidió cuestionar al periodista responsable de la primicia, como una vía de deslegitimar la información y tornarla inverosímil. Cabe destacar que el testigo Eliaschev declaró bajo juramento de ley haber tenido ante su vista la copia del citado documento, explicando las circunstancias en las que accedió al mismo. Estas críticas a la prensa marcaron el interés por mantener estas negociaciones en la oscuridad. Y no sería la única vez que el Canciller, para desacreditar fuentes en el marco de este plan criminal, en lugar de controvertir los hechos narrados, recurrió al cuestionamiento de quienes comunicaron las circunstancias que el ministro prefería ocultar, como ocurrió con las declaraciones del ex Vice Canciller Roberto García Moritán.

Lógicamente el funcionario argentino no podía admitir públicamente que se había renunciado al reclamo de justicia por el caso AMIA para habilitar un acercamiento comercial con la República Islámica de Irán.

El segundo indicio tuvo lugar en la víspera del 17° aniversario del atentado contra la sede de la AMIA, cuando la prensa persa informó sobre un comunicado de la cancillería de ese país, fechado en 16 de julio de 2011, mediante el cual manifestó estar “dispuesta a un diálogo constructivo’1» y “a cooperar con el gobierno Argentino para que se haga toda la luz en el marco de la ley y del respeto mutuo para ayudar a evitar que la investigación judicial continúe por un camino errado”. Según los trascendidos, el gobierno iraní había expresado su indignación “por el hecho de que la búsqueda de la verdad sobre la acción criminal se haya convertido en objeto de conjuras y juegos políticos” destinado a implicar a Irán, “para desviar el proceso judicial de su camino e impedir que los verdaderos responsables de este crimen caigan en manos de la justicia”.

Agregó que “La Cancillería de Irán expresa también su malestar por la continuación de estos hechos por quienes han venido actuando en el Poder Judicial argentino desde aquella época”. (“Irán, dispuesto a cooperar con Argentina por atentado contra AMIA de 1994”, El Comunal, 16/07/2011; “Irán to cooperate over Argentina Jewish Centre bomb”, BBC News, 17/07/11; “Argentina welcomes Irán offer in AMIA bombing probe”, Tehran Times, 18/07/2011; “Argentina welcomes Irán offer in 1994 bombing inquiry”, BBC News, 18/7/11; “Irán promete ayuda para esclarecer el caso AMIA”, La Nación, 17/07/11; Eliaschev, Pepe. “Las condiciones que pone Irán para dialogar”, Perfil, 23/7/11).

Cabe destacar que, en aquel momento, el ofrecimiento de cooperación apareció, al menos para la sociedad argentina, totalmente fuera de contexto. De un día para el otro Irán se decía dispuesto a cooperar sin motivo o razón alguna que justifique dicho paso. Hoy se comprende que se trataba de un gesto expresado en el marco de las negociaciones que se estaban llevando a cabo en forma secreta.

En respuesta a ello, el 17 de julio, la cancillería argentina emitió un comunicado por el que hacía saber que había tomado conocimiento, a través de la prensa, del anuncio de la cancillería iraní y que esperaba “recibir la comunicación oficial de su par irán?» en relación con el ofrecimiento de cooperación. El comunicado argentino agregó que “de confirmarse lo publicado significaría un avance inédito y muy positivo de las autoridades de la República Islámica de Irán en la causa AMIA”. Y finalizaba diciendo “La Argentina ratifica que la ley y la justicia son el único camino que deben seguir las sociedades y sus gobiernos para combatir el terrorismo internacional” (Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Información de Prensa N°336/l 1 “Respuesta del gobierno argentino ante el anuncio de cooperación del gobierno iraní en la causa AMIA”, 17/7/11; “Argentina welcomes Irán offer in AMIA bombing probe”, Tehran Times, 18/07/2011; “Argentina welcomes Irán offer in 1994 bombing inquiry”, BBC News, 18/7/11; “AMIA: promesa iraní para el aniversario”, Ámbito Financiero, 18/7/11).

Así, si bien las autoridades argentinas mantuvieron cierto ambiguo respaldo oficial a la justicia nacional como vía obligada de tratamiento de esta cuestión, nada respondieron, a contramano de lo que venía ocurriendo hasta entonces, a las afirmaciones iraníes que sugerían que las conclusiones judiciales argentinas estaban sesgadas por intereses políticos, que constituían un camino equivocado y que la ayuda prometida por Irán tenía por objeto modificar esa trayectoria y reencausar la investigación hacia otra hipótesis que tuviera otros imputados, desincriminando a Irán del caso.

En otras palabras, Irán repetía su retórica de siempre. No estaba ofreciendo allanarse a los pedidos de cooperación emanados de la justicia nacional ni mucho menos a detener a los prófugos que ha mantenido resguardados en su territorio, sino que se ofrecía a colaborar en el redireccionamiento de la investigación hacia otra hipótesis, en la que – obviamente- Irán no estuviera involucrado.

La respuesta del gobierno argentino no tomó razón de esta circunstancia como así tampoco de las palabras de descrédito hacia la justicia nacional y nada objetó al respecto. Al contrario, pareció apoyarlas de manera inédita en ese entonces.

De hecho, a pesar de la elocuente descalificación a la actuación de la justicia argentina, y lejos de exigir -como otrora lo hiciera la cancillería de nuestro país ante este tipo de expresiones- rectificación por la implicancia de lo dicho, el Canciller Timerman manifestó que la propuesta “sería un avance inédito y muy positivo” (Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Información de Prensa N°336/ll, 17/07/2011). Hoy queda evidenciado que se estaba preparando el terreno para el encubrimiento de un crimen de lesa humanidad.

Y corresponde agregar aquí una reflexión: ¿qué sucedió con aquel ofrecimiento de cooperación de Irán? Previsiblemente, nada. Quedó simplemente en palabras vacías, como siempre ha ocurrido con Irán en esta causa.
Debe hacerse notar, además, que a propósito de aquella oferta iraní, la Unidad Fiscal que el suscripto dirige reenvió dos nuevos exhortos a la República Islámica de Irán consignando en su texto el ofrecimiento de colaboración de las autoridades iraníes como una manera de capitalizar en beneficio de la investigación la declamada predisposición a cooperar. Nunca los respondieron (fs. 1179 del Legajo 415 y fs. 6416 del Legajo 392).
Lamentablemente, ahora se constata que todo se trató de una puesta en escena para seguir avanzando con el plan de impunidad que en aquellos tiempos se gestaba.

El tercer indicio ocurrió dos meses más tarde, en ocasión de la apertura de la 66° Asamblea General de las Naciones Unidas, el 22 septiembre del año 2011. Por primera vez desde 2009, Cristina Elisabet Fernández instruyó al entonces Embajador argentino ante dicha organización, Jorge Argüello, para que permanezca en su asiento mientras pronunciaba su discurso el, en aquel tiempo, Presidente de la República Islámica, Mahmoud Ahmadinejad. Ello, en contraste con la decisión sostenida por la mandataria en los años previos, de retirar a la delegación argentina del piso y no presenciar los discursos de Ahmadinejad (“La AMIA reclamó que la delegación argentina abandone la ONU cuando hable el presidente de Irán”, La Prensa, 11/09/2012; Mindez, Leonardo, “AMIA: Con otro gesto oficial se confirmó el giro ante Irán”, Clarín, 23/09/2011; Levinas, Gabriel, op.cit., pags. 173, 189, 208, 20 y 279). Semejante signo comunicacional resulta menos críptico si se lo contextualiza en el marco de las negociaciones que estaban manteniendo secretamente ambos países.

Como ya se sostuvo, no se cuestiona la decisión política de Cristina Elisabet Fernández de ordenar al embajador argentino ante la ONU que permanezca en su asiento escuchando el discurso del primer mandatario iraní. Simplemente, es mencionado en este punto por tratarse de un indicio importante de la existencia de las negociaciones entonces secretas.

El cuarto indicio tuvo lugar, ya en el mes de septiembre de 2012, cuando -por primera vez en años- Presidencia de la Nación decidió no invitar a formar parte de la comitiva argentina que viajó a la 67a Asamblea General de Naciones Unidas a ninguno de los dirigentes comunitarios de las instituciones judías locales. Así lo reconoció uno de ellos: “…el último año no hemos sido invitados, lamentablemente. Y es cuando surge justamente la propuesta de esta mesa de diálogo por parte de la Presidenta de la Nación…” (Borger, Guillermo. Versión taquigráfica del plenario de comisiones en el Honorable Senado de la Nación del 13 de febrero de 2013). Este dato resulta sumamente llamativo si se tiene en cuenta que – justamente- en esa oportunidad, la Dra. Fernández anunció oficialmente su decisión de “iniciar” un diálogo con Irán en torno al caso AMIA.

La existencia de negociaciones y acuerdos previos con Irán y el conocimiento anticipado del anuncio que se haría, debieron motivar la decisión de no sumar a la dirigencia comunitaria judía a la comitiva. Esto demuestra, como las demás pruebas lo corroboran, que Cristina Elisabet Fernández mintió al sostener que en ese momento se iniciaban las negociaciones. No sería la única mentira ni la más grave.

Es decir, durante el transcurso de las negociaciones secretas, de enero de 2011 a septiembre de 2012, existieron señales de cambio que, hoy se entiende, respondían al acercamiento entre funcionarios de ambos países y -fundamentalmente- al plan criminal que se había gestado, cuyo objetivo final era brindar impunidad a los acusados prófugos y vaciar de contenido la imputación del suscripto y del Sr. Juez que obtuvo un fuerte y decisivo respaldo internacional en las sucesivas votaciones de Interpol.

En síntesis, pese a que las autoridades del gobierno argentino involucradas en el encubrimiento de los imputados iraníes, con toda lógica, intentaron mantener bajo estricto secreto las negociaciones que estaban llevando adelante con los funcionarios persas, fueron surgiendo a la luz varios indicios que claramente se erigieron en señales de la existencia de dichas tratativas.

En efecto, trascendió a la prensa la reunión secreta que Héctor Timerman mantuvo en Alepo y el canciller argentino cuestionó duramente al periodista que difundió la noticia. De un día para el otro y sin justificativo alguno, en julio de 2011, Irán se declaró dispuesto a negociar en relación al atentado. El gobierno argentino presenciaba por intermedio de su embajador, después de dos años, el discurso del Presidente Ahmadinejad ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Presidente Fernández no invitó a las instituciones comunitarias judías, como había sido su costumbre, a formar parte de la comitiva que la acompañó a la siguiente reunión anual de las Naciones Unidas y justamente, en esa oportunidad, anunció una negociación con la República Islámica de Irán en relación al ataque terrorista del 18 de julio de 1994. ¿Pueden todos estos signos ser tomados simplemente como frutos de la casualidad? El sentido común indica que no, pero son las pruebas a las que se ha accedido las que confirman que todos estos gestos se debieron al acercamiento secreto que había ocurrido entre las partes y cuyo objetivo final fue brindar impunidad a los acusados iraníes prófugos.

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