Cristina Elisabet Fernández

Cristina Elisabet Fernández o Cristina Fernández de Kirchner en Argentina

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El certificado de nacimiento asegura que Cristina Elisabet Fernández llegó al mundo el 19 de febrero de 1953.

De acuerdo con la Denuncia de Alberto Nisman de 13 de enero del 2015:

«Para comprender el rol de la Dra. Cristina Fernández en este plan de impunidad debe quedar claro que el delito denunciado no se hubiera cometido sin su decisión y sus consecuentes acciones.

En efecto, la Sra. Presidente de la Nación Argentina ha emitido una expresa directiva para que se diseñara y ejecutara un plan de encubrimiento tendiente a desvincular a los acusados de nacionalidad iraní en la causa por el atentado contra la sede de la AMIA, a efectos de garantizarles su impunidad definitiva.

Dicha decisión estuvo motivada en la búsqueda de un acercamiento de carácter geopolítico como así también en el restablecimiento de plenas relaciones comerciales a nivel estatal con la República Islámica de Irán, por entender que así podría atenuarse sustancialmente la crisis energética nacional, mediante intercambios mercantiles de “petróleo por granos”.

La circunstancia que haya sido la más alta autoridad de la República quién ordenó la ejecución de estas acciones delictivas implica que lo aquí se denuncia es de una gravedad institucional enorme. Analizada la evidencia con el máximo grado de rigor, surge de modo inequívoco la participación de la primera mandataria en el plan criminal aquí denunciado. En varias oportunidades, los partícipes del plan criminal han hecho referencia a ello, asegurando que todo está: “cerrado muy arriba”, todo había sido decidido “al más alto niver porque “lo pidió la jefa” y su canciller, obediente, implemento el plan porque fue “orden, orden y orden” (Comunicación del 6/2/2013, abonado 11-3315-6908, Archivo B-1009- 2013-02-06-203822-26, CD 276, Comunicación del 20/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013-05-20-111124-8, CD 31; Comunicación del 28/01/13, abonado 11-315-6908, Archivo B-1009-2013- 01 -28-135732-18.wav, CD 267).

No puede soslayarse la consternación que provoca constatar que la Sra. Presidente se encuentre involucrada en una vil maquinación, destinada nada menos que a dejar de lado la búsqueda de justicia en la causa que investiga el mayor atentado terrorista sufrido en la historia argentina.

Lamentablemente, como es de público conocimiento, no es la primera vez que el conductor de los destinos de la Nación cae inmerso en acciones criminales para desviar la investigación del caso AMIA.

Tal fue el grado de compromiso que asumió la Dra. Fernández en este plan criminal de impunidad que se ocupó de seleccionar muy cuidadosamente a algunos de sus colaboradores o, para ser más exactos, sus cómplices, valiéndose de distintas personas para ejecutar el plan. Ese ha sido uno de sus aportes fundamentales para la instrumentación del plan.

Cuando se observan y se analizan las credenciales de cada uno de los partícipes, puede advertirse que la elección fue acertada pues todos poseen los antecedentes y las condiciones necesarias para cumplir fielmente los encargos de la Presidente.

En primer lugar, se valió de un sujeto identificado como “Alian”, hombre de su entorno, consustanciado con el régimen iraní, contacto directo del máximo referente de dicho país en Argentina y miembro de la Secretaría de Inteligencia de Presidencia de la Nación; para que asista al señor canciller en todas aquellas acciones, relacionadas con la implementación del plan de encubrimiento, que por ser notoriamente delictivas, de ninguna manera convendría que fueran realizadas por un encumbrado ministro nacional. La circunstancia de que “Alian” cumpla funciones -orgánicas o inorgánicas- para el organismo de inteligencia nacional no es un dato menor. Todo lo contrario, dicha pertenencia le permite aprovechar los recursos de tal secretaría de estado, lo que lo hace especialmente apto para cumplir con su tarea.

También encargó al dirigente Luis D’Elía que se ocupe de transmitir y recibir todos los mensajes que circularon a través de los canales paralelos de comunicación y negociación desarrollados para llevar a buen puerto el encubrimiento. La decisión de la Presidente, en este caso, también fue apropiada pues D’Elía ha sido, por muchos años, no solo acérrimo defensor del régimen iraní sino, según sus propios dichos, un “soldado” incondicional de Cristina Fernández.
Asimismo, escogió al Diputado Nacional Andrés Larroque, otro encendido seguidor de la Presidente, que ofició de nexo, de puente entre ella y los partícipes clandestinos del plan de impunidad. La necesidad de contar con un intermediario es obvia. Tratándose de la ejecución de un delito, la primera mandataria ha preferido, astutamente, mantenerse incomunicada de aquellas personas que ejecutan las acciones criminales. Dado que los cómplices debían actuar siguiendo sus órdenes, resultó imperioso contar con una persona de extrema confianza que pudiera justificar su vinculación personal tanto con la Dra. Cristina Fernández como con Luis D’Elía y dicho sujeto resultó ser el nombrado Larroque.

Y principalmente, delegó gran parte de la instrumentación del plan criminal en su Canciller, Héctor Timerman, a quien inicialmente ordenó que contacte a los representantes iraníes a los fines de hacerles saber la predisposición del gobierno argentino a dejar de lado cualquier reclamo de justicia en relación al caso AMIA, a cambio de un acercamiento comercial entre ambos países, lo que comenzó en 2011 en la ciudad de Alepo.

En concreto, por orden presidencial, Timerman se apartó de la comitiva oficial que visitaba distintos países de Medio Oriente, para dirigirse a la ciudad siria de Alepo, lugar donde mantuvo, en secreto, una reunión con el canciller iraní, Ali Salehi. Allí transmitió el siguiente mensaje: “…la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán… ” (Ys. 131.189/131.194; Eliaschev, Pepe, “Argentina negocia con Irán dejar de lado la investigación de los atentados”, Diario Perfil, 26/03/2011, fs. 130.911/130.913; Eliaschev, Pepe, “Polémica en torno a la negociación secreta entre Argentina e Irán”, Diario Perfil, 2/4/2011).

Sus instrucciones incluyeron la autorización para que el Ministro Timerman negociara e instrumentara, en forma secreta, el plan de impunidad que removería el escollo que significa la acusación judicial argentina contra los ciudadanos iraníes. Dicho plan, incluyó la decisión presidencial de instrumentar en el Memorando de Entendimiento un mecanismo que permita disponer el cese de las notificaciones rojas, por ser ese el único real interés del régimen iraní. Y ello quedó plasmado en el punto séptimo del pacto.

El plan de impunidad pergeñado por la Dra. Fernández fue mucho más allá del cese de estas prioridades de búsqueda de Interpol e incluyó la desvinculación definitiva de los imputados iraníes. Por eso, su instrumentación conllevó la creación de una “Comisión de la Verdad”, como se dispuso en el pacto, cuyas conclusiones estaban arregladas de antemano y garantizarían la acordada impunidad. En conocimiento de esta circunstancia, se dijo: “…alguien va a salir…con la cara manchada de acá…”, a lo que Jorge Khalil, referente de Irán, reconoció: “…Obvio, eso ya está arreglado…”, pero aclaró que no iban a ser de los iraníes los perjudicados y remató: “… ¡¿cómo va a ser para el lado nuestro, boludo?! Si nosotros estamos sentados en la mesa..y (Comunicación del 27/1/2013, abonado 11-3315-6908, Archivo B-1009-2013-01-27-113208-14, CD 266).

Asimismo, como se demostró, autorizó a su canciller a sellar acuerdos secretos con los representantes iraníes que, según las pruebas incorporadas a la causa, garantizaban el cese de las notificaciones rojas de Interpol y el otorgamiento de un salvoconducto al ex Ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, asegurándole que nunca sería interrogado.

La existencia de pactos secretos fue puesta de manifiesto por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores Iraní, Ali Akbar Salehi cuando dijo: “…El [contenido] del acuerdo entre Irán y Argentina en relación con la cuestión de la AMIA será hecho público en el momento adecuado y la cuestión [de los imputados iraníes] está incluida y nosotros la estamos siguiendo…’’’’ (“Tehran insists accord with Argentina includes Interpol lifting red notices against Iranian suspects”, Mercopress, 19/03/2013) y por los partícipes del encubrimiento que expresaron: “…estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares también… ” (Comunicación del 11/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013-05-11-083146- 8.wav, CD 0022); y “…es pescado podrido, después hablamos personalmente….está dentro del marco eso….se sabía….es más profundo todavía… ” (Comunicación del 12/2/2013, abonado 11-3315-6908, Archivo B-1009-2013-02-12-100525-14, CD 282).

Otra directiva expresa de la Sra. Presidente, esta vez canalizada a través del agente “Alian”, fue la orden de construir una hipótesis falsa, sostenida en pruebas inventadas, para incriminar a “nuevos autores del atentado”, que serían acusados con el fin de desvincular definitivamente del hecho a los imputados iraníes. Justamente, “Alian” dio cuenta de esta orden, al reconocer que el suscripto “…va a hacer culo al norte, porque nunca las vio, él, las pruebas…lo que viene ahora… es una prueba contundente…” (Comunicación del 01/06/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009- 2013-06-01-224726-18, CD 43). Esta cuestión ya había sido mencionada por Fernando Esteche, otro partícipe del plan, quien aun antes de suscribirse el memorando, dijo: “…quieren construir un nuevo enemigo de la AMIA, el nuevo responsable de la AMIA…”, tarea a cargo de los servicios de inteligencia. Según señaló Esteche, como “no van a poder decir que fueron los israelíes”, porque -claramente- no sería creíble, tenían que armar una hipótesis falsa, y hasta hablaron de involucrar a “una conexión de fachos locales” (Comunicación del 18/12/2012, abonado 11-3315-6908, Archivo B-1009-2012-12-18-183332-8, CD 226).

Otro aporte destacable al plan ha sido el anuncio que efectuó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 25 de septiembre de 2012, ocasión en la informó que, en respuesta a un pedido efectuado una semana atrás por la República Islámica de Irán, había instruido a su canciller, Héctor Timerman, que inicie un proceso de negociación con dicho país.

Esta contribución al plan resultó fundamental, porque en el relato oficial respaldado por la Sra. Presidente se pretendió -y así se hizo- ocultar que ya venían manteniéndose un año y medio de negociaciones secretas y que el acercamiento se había materializado por iniciativa de Argentina, y no de Irán, como se afirmó. No podía reconocer públicamente que le había ordenado a su Canciller que ofreciera a las autoridades iraníes impunidad para sus nacionales, a cambio de un acercamiento geopolítico y comercial.

Como ya se dijo, este plan criminal exigió contar con el mayor apoyo posible de la opinión pública y -fundamentalmente- de las víctimas, respecto del acuerdo que se firmaría y se firmó con Irán, como una forma de facilitar su ejecución. Para ello, se ocultaron las negociaciones previas y la iniciativa Argentina, y con el mismo fin, en septiembre de 2012, la Sra. Presidente prometió, a sabiendas de que no cumpliría, que consultaría a familiares y víctimas, previo adoptar cualquier temperamento sobre las tratativas con Teherán. Solamente buscaba inspirar una falsa confianza en las víctimas del atentado, prometiéndoles que serían consultados, para luego sorprenderlos con el acuerdo ya consumado, el domingo 27 de enero de 2013 (Discurso de Cristina Fernández ante la 67a Asamblea General de las Naciones Unidas, de fecha 25 de septiembre de 2012; Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Información para la prensa N° 011/13).

En la misma línea, y abusando de su cargo y funciones, continuó encabezando el despliegue de una versión oficial y falsa de los hechos, para ocultar la criminalidad del verdadero plan. Así, presentó al Memorando de Entendimiento como un “logro histórico” (Mensajes de twitter de la cuenta de Cristina Fernández del 27 de enero de 2013 de horas: 10:26 a 10:32). El mismo día de la aprobación emitió en su cuenta oficial de Twitter, una seguidilla de mensajes que pretendieron instalar la noticia como una “victoria”, ello a fin de mantener oculto el verdadero sentido del Memorando de Entendimiento: brindar un marco jurídico creíble para instrumentar solapadamente la impunidad de los acusados iraníes y así, viabilizar políticamente el acercamiento geopolítico y comercial con Teherán.

Continuó en esa tesitura cuando, en su mensaje de elevación del anteproyecto de ley de aprobación del Memorando al Congreso Nacional, sostuvo: “…Se quiere presentar el acuerdo como una especie de argucia para ‘iniciar ’ el comercio con Irán. Lo cierto es que ese comercio existe desde 1990 y, salvo los años 2004 y 2005, ha sido superávit ario…” (Mensaje Presidencial N° 173 de elevación al Congreso Nacional del anteproyecto de ley sobre el Memorando de Entendimiento entre Argentina e Irán).

Maliciosamente, la Sra. Presidente se estaba refiriendo al comercio entre privados. No podía admitir que había decidido aniquilar la justicia en el caso AMIA a cambio de establecer un comercio a nivel estatal que no existía y que buscaba retomar.

A pesar de negar públicamente que el comercio fuera un interés en la vinculación con Irán, en forma secreta, la Sra. Presidente buscó poner en práctica su decisión de comerciar con Teherán, encomendando gestiones a su Ministro de Planificación Federal, Arquitecto Julio De Vido. Para ello, le ordenó que avance en las tratativas para intercambiar petróleo por granos a través de los canales paralelos de comunicación con el régimen. Así lo reconoció Luis D’Elía: “…la reunión fue porque la pidió la jefa…”, en referencia a su encuentro con De Vido y afirmó: “…acá estuve hablando con el ‘quía’ [en alusión al Ministro De Vido]….e//os están dispuestos a mandar la gente de YPF con nosotros dos, a hacer negocios allá….está muy interesado en intercambiar lo de aquellos por granos y carne allá…” (Comunicación del 20/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009- 2013-05-20-111124-8, CD31).
El compromiso con los damnificados por el atentado era nulo, al punto que ya para el mes de mayo de 2013, el Poder Ejecutivo Nacional, por orden de la Dra. Fernández, se hallaba embarcado en negociaciones secretas con Irán para intercambiar petróleo por carne y granos. Y, como ya se probó, de estas mismas tratativas comerciales participó Mohsen Rabbani, uno de los acusados en la causa AMIA. Ejemplo de ello es la ocasión en que Khalil le informó a Rabbani: “…hoy terminamos una reunión con el Ministro de Planificación De Vido, en donde él está dispuesto a mandar a las máximas autoridades de YPF para arreglar con la República Islámica y la transacción puede ser a través de granos y a través de otras cosas… ”, a lo que Rabbani contestó: “mándeme para que evalúe” y luego de evaluarlo respondió: “…aquí hay algunos sectores del gobierno que me dijeron que están listos para vender petróleo a la Argentina…y también comprar armas.. ’’(Comunicación del 20/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B- 1009-2013-05-20-114842-2, CD 31 y del 28/5/13, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013-05-28-155549-2, CD 39).

Es decir, mientras públicamente la Sra. Presidente aseguraba que sus acciones estaban exclusivamente motivadas en la búsqueda de justicia para la causa AMIA y que el Memorando de Entendimiento era la única solución viable para el caso, uno de esos acusados, Mohsen Rabbani, secreta y clandestinamente negociaba con nuestras autoridades a través de intermediarios y canales ocultos un intercambio de petróleo por granos, la venta de armas y, lo que es más grave, su propia impunidad.

La siguiente contribución para la consecución del plan de impunidad fue instalar, desde lo más alto del poder, la versión de que la causa por la investigación del atentado contra la sede de la AMIA estaba paralizada, con la intención de confundir a la opinión pública y así poder presentar ante la sociedad argentina que el Memorando de Entendimiento – recuérdese, el instrumento diseñado para viabilizar la impunidad de los acusados iraníes- era la única salida posible.

Dicha intervención se desdobló en varios episodios y se mantuvo a lo largo del tiempo. En efecto, en su mensaje por cadena nacional del 8 de febrero de 2013, en ocasión de comunicar el envío del anteproyecto de ley de ratificación del Memorando al Congreso Nacional expresó: “…Este memorándum que hemos acordado es un paso adelante para destrabar una causa que hace 19 años que está paral izada… ” (Discurso de Cristina Fernández del 8/2/13).
En marzo de 2013, escribió en las redes sociales “…teníamos que destrabar esto…”, obviamente en alusión a la causa AMIA (Twitter del 4/3/2013 17:05) y ante la Asamblea Legislativa: “…mi compromiso es intentar destrabar esto…’1» (Mensaje de la Presidente a la Asamblea Legislativa con motivo de la apertura del 131° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, 1/3/2013).

Volvió a la carga con la misma mentira en su discurso ante 68° Asamblea General de Naciones Unidas, la Sra. Presidente afirmó: “…la causa está estancada, desde hace 19 años que no se moviliza…’’’’ (Discurso ante Naciones Unidas del 24 de septiembre de 2013).

Lo paradójico del caso es que la Sra. Presidente conoce, sin lugar a dudas, que la causa ha avanzado, máxime teniendo en cuenta la amplia publicidad que tuvieron los sucesivos dictámenes de esta Unidad Fiscal y diferentes pronunciamientos judiciales, por lo que sus expresiones en sentido contrario solo puede ser tomadas como una manifestación concreta del dolo con que ha actuado buscando desprestigiar a la justicia argentina como un modo indirecto de legitimar un acuerdo bilateral -léase Memorando de Entendimiento- que es la base de un plan criminal por ella misma ideado.

Otra de sus contribuciones tuvo lugar el viernes 27 de septiembre de 2013, un día antes del encuentro entre los Ministros de Relaciones Exteriores argentino e iraní, cuando le ordenó al cómplice Luis D’Elía que transmitiera un mensaje al agente persa Jorge Khalil. Así lo reconoció D’Elía: “…tengo un mensaje urgente del gobierno argentino, para pasar para allá urgente, antes de mañana….estoy en la casa de gobierno ahora…no hay asunto más importante que éste, creémelo…’’’’ (Comunicación del 27/9/13, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013- 09-27-103753-14, CD 161).

Además, Luis D’Elía le solicitó a Khalil “necesito que hables con el sheik allá [en alusión a Mohsen Rabbani]…w/ra que es muy groso lo que tengo, eh…me lo pidió…’’’’ (Comunicaciones del 27/9/13, abonado 11- 3238-4699, Archivo B-1009-2013-09-27-114113-28, CD 161; Archivo B- 1009-2013-09-27-104245-8.txt, CD 161).
El nombrado Khalil especificó el pedido de Cristina Fernández,..Necesita que el gobierno iraní junto con el gobierno argentino mañana anuncie la conformación de la ‘Comisión de la Verdad’…que por favor lo anuncien en conjunto mañana en la reunión…que se defina el día de la reunión de la ‘Comisión de la Verdad ’ y también que se defina el día, en el mes de enero, en que el juez argentino pueda viajar a Teherán…” (Comunicación del 27/9/13, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013- 09-27-115448-6, CD 161). Luego se aclaró: “…la reunión se hace de apuro a pedido de Cristina…fíjate que Rohani [el Presidente de Irán] ni habló del tema AMIA en su discurso…” (Comunicación del 27/09/2013, abonado 11- 3238-4966, Archivo B-1009-2013-09-27-115448-6, CD 161).

De los aportes concretos y específicos de la Sra. Presidente que se han podido acreditar con sólido sustento probatorio, surge con claridad que no solamente fue quien decidió la articulación de este plan criminal de impunidad y, para ello, se valió de distintos actores para llevar adelante su ejecución, sino que en todo momento estuvo en control de la misma, ya sea impartiendo órdenes directas a sus cómplices, o bien encabezando la necesaria campaña discursiva para camuflar la perpetración del delito.

Se está en presencia de la persona que ejerce el máximo cargo público de la República Argentina. De allí que su responsabilidad sea enorme. Lamentablemente, ha decidido cometer un delito para brindar impunidad a los prófugos iraníes de la causa AMIA; ha elegido a algunos partícipes de la maniobra delictiva, involucrando directamente a -cuanto menos- uno de sus ministros y a un legislador nacional; ha controlado la evolución del plan; ha negociado por interpósitas personas con uno de los prófugos; y se ha involucrado personalmente en algunas acciones de ocultamiento que este sofisticado plan requería. Los episodios relatados en este capítulo así lo demuestran.»

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